
Ante esta cuestión, probablemente habrá muchos internautas perfectamente saludables, tanto mental y físicamente, (o no, pero por otra suerte de motivos) que exclamen ¡y a mucha honra! y/o que consideren eso de dedicar el más mínimo esfuerzo mental a las adicciones a Internet un asunto similar a estudiar las adicciones a la electricidad, la calefacción o el agua corriente.
Lo cierto es que no les falta ni gota de razón. Como muy bien decía un inteligente artículo publicado en Wired hace casi dos años, que respondía a sendos estudios de Stanley Lotus Institute of Farming y de la universidad de Stanford --que aseguraban que navegar restaba tiempo a las relaciones sociales--, también la gente que tiene perro y que dedica un buen número de horas semanales a jugar con él, pasearlo, bañarlo y alimentarlo, ha perdido un buen número de horas para estar con sus amigos y familiares.
La buena noticia es que los seres humanos tenemos bastantes intereses y estamos capacitados para hacer una gran variedad de cosas. Es decir, que si fuéramos un sistema operativo, seríamos el que mejor habría conseguido eso de ser multitarea.
No obstante, por eso de que en esta vida se puede encontrar de todo (incluso meigas), es cierto que algunos internautas pueden haber visto arruinada su vida con la Red de manera similar a como otros se complican la existencia con la ludopatía o las drogas sin que mediaran depresiones o cualquier otro desequilibrio previo.
Cuando se habla de adicción a la Red se suele obviar que Internet no es más que un canal inofensivo. El que haya gente enganchada mas allá de lo aconsejable a adentrarse en páginas porno, a dejarse los euros en los casinos online o a chatear sin duelo olvidando trabajo y amigos de carne y hueso, ni suele ser habitual ni puede describirse como adicción a la Red.
Enrique Echeburua, catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco, sigue esta misma línea al afirmar que "hay compradores compulsivos, ludópatas y enganchados al sexo que han hallado en la Red un camino para calmar sus ansias, pero no son parte de los adictos a Internet".
¿Pero cómo definen los expertos a un adicto a la Red?
La doctora Kimberly Young, de la Universidad de Pittsburg, es probablemente la estudiosa más conocida dentro de las adicciones a la Red. Además de escribir libros y dar conferencias al respecto, es la principal responsable del Center for On-Line Addiction. La doctora Young describe el Síndrome de la Adicción a Internet o InfoAdicction Disorder (IAD) como "un deterioro en el control del uso de Internet que se manifiesta como un conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos. Es decir, la persona 'netdependiente' realiza un uso excesivo de Internet lo que le genera una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales".
La definición que dan los cuatro psiquiatras que han puesto en marcha Adictosainternet.com se parece bastante. Según ellos, se puede considerar adicta a la Red a una persona que dedica al menos 30 horas de su tiempo libre a la semana a navegar, que suele sufrir algún tipo de trastorno de la personalidad, no es capaz de controlar el tiempo que está conectado, pierde horas de sueño y/o de trabajo, padece ansiedad si no puede acudir regularmente a Internet y acaba descuidando sus relaciones personales.
Si aún así no tiene claro si es adicto o no, en determinadas páginas web puede encontrar cuestionarios elaborados por especialistas que le indicarán su grado de dependencia. En la gran mayoría es muy fácil saber cual es la respuesta a marcar si quiere salir mal librado.
Melisa Tuya
mtuya@baquia.com
29/01/2002
1 comentario:
Como estas de organizado
Publicar un comentario